Un buen día todos terminamos entendiendo, a la fuerza, principios tan fundamentales como la economía y la
justicia. Ni siquiera necesitamos manejar un negocio, tener un capital o ser
abogados, no se trata de dinero, números ni códigos, para dominarlas basta con saber cuánto
es mucho y cuánto es nada.
Mire a su alrededor y se dará cuenta de que pocos viven en
la economía. Y menos en la justicia. Repito, no es dinero, sino administración eficaz y razonable de los
bienes. Ni son leyes, sino la virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
pertenece: la vida misma de cada cual.
Cuarenta años. Esa es la condena que un juez les aplicó esta
semana a un teniente y dos soldados de la Brigada 16 del Ejército de Colombia. En
el 2007, los uniformados capturaron, amarraron y asesinaron a Carlos Mesías
Guevara, alias 'Boquinche', un peligroso guerrillero del ELN especialista en
sembrar minas antipersonal, experto además en burlarse de sus
víctimas después de cobrarlas como presas de caza. Se regocijaba públicamente
de los trozos de hombres, mujeres y niños que colgaban de los árboles tras pisar
sus infames trampas.
Hacer poco -que es hacer lo justo-, por ejemplo, es uno de los movimientos más audaces y a la vez más cuestionados en el ser humano. Nadie está tan lejos de la economía y de la justicia que quien hace mucho o quien no hace nada. Pero no, “cada gran cosa necesita de cada gran esfuerzo. A grandes problemas, grandes soluciones”, es lo que nos enseñan. Es como si hacer lo suficiente ya no fuera suficiente, se señala como mediocre lo justo y como justo lo exacerbado.
Hacer poco -que es hacer lo justo-, por ejemplo, es uno de los movimientos más audaces y a la vez más cuestionados en el ser humano. Nadie está tan lejos de la economía y de la justicia que quien hace mucho o quien no hace nada. Pero no, “cada gran cosa necesita de cada gran esfuerzo. A grandes problemas, grandes soluciones”, es lo que nos enseñan. Es como si hacer lo suficiente ya no fuera suficiente, se señala como mediocre lo justo y como justo lo exacerbado.
Luego de asesinarlo en un ritual de fusilamiento en Labranzagrande, Boyacá, los militares presentaron el cuerpo de ‘Boquinche’ como muerto en combate, en Pajarito, un pueblo aledaño. El juez decidió que si bien el criminal “tenía orden de captura, lo lógico era aprehenderlo, pero no quitarle la vida de la forma como lo hicieron": mediante una ejecución.
Nadie en el recinto interrumpió a ese juez para preguntarle qué cosa es
“lo lógico”. Él mismo hubiera condenado como mucho a 20 años a ese mismo
guerrillero en caso de que los militares hubieran hecho “lo lógico”; él mismo
hubiera pedido una condena mayor si su hija hubiera pisado una mina de alias
‘Boquinche’, sería “lo lógico”; tal vez él mismo hubiera disparado ese fusil a
quemarropa, afligido por la humillación, hacia ese guerrillero que alardeaba de
sus víctimas y de sus mutilaciones. Es “lo más lógico”.
Estas cosas suceden porque a quienes les gusta hacer mucho
tienden a hacer cada cosa en demasía. No hablan para solo para su interlocutor,
no están contentos con lo bastante, no sacian nunca su placer, no lanzan una gran-buena-piedra
sino toda la arena que quepa en las manos.
El guerrillero, el soldado y el juez, cada uno en su papel, son el ejemplo atroz de lo poco que sabemos y queremos saber de economía y justicia. Somos seres que
vivimos vendiendo mucho sobre lo que somos, enviando mensajes y causando
impresiones erradas, confusas, buenas y malas. Coleccionamos amigos y enemigos,
es nuestro hobbie, bramamos carcajadas y compartimos nuestro llanto con todos
por igual. Todo amamos, todo odiamos, de todo opinamos y de todo sabemos. Todo
queremos y todo compramos y para conseguirlo todo hacemos, mucho hacemos, pero
en la intimidad nuestro mismo silencio nos incomoda.
Pero veníamos hablando de economía así que debe haber un balance.
Pues bien: El ELN hizo mucho más de lo necesario minando -literalmente- su otrora ideal
político. El guerrillero hizo mucho más de lo necesario burlándose de las
víctimas aún sin ser ese su trabajo. Los militares hicieron mucho más de lo necesario
ejecutando a una escoria para validar un ‘falso positivo’. Y el juez, como si el absurdo fuera una ley natural de la que nadie escapa, condenó a los militares a cuarenta años de
cárcel en medio de un amor enfermizo por los códigos.
Todo mal. Alguna vez dije aquí que el tacaño no lo sería si supiera el alto precio que paga por tener ese defecto. Bueno, esta noticia no existió para los medios, muy tímidamente se mencionó y nunca se comentó sobre ella, es más, usted probablemente se acaba de enterar. Un hecho que fácilmente hubiera merecido foros, debates abiertos en el congreso y hasta una cátedra universitaria, pasó desapercibido. Pero qué más da, con el tacaño pasa lo que con el derrochador: no tiene idea de cuánto se pierde.
Todo mal. Alguna vez dije aquí que el tacaño no lo sería si supiera el alto precio que paga por tener ese defecto. Bueno, esta noticia no existió para los medios, muy tímidamente se mencionó y nunca se comentó sobre ella, es más, usted probablemente se acaba de enterar. Un hecho que fácilmente hubiera merecido foros, debates abiertos en el congreso y hasta una cátedra universitaria, pasó desapercibido. Pero qué más da, con el tacaño pasa lo que con el derrochador: no tiene idea de cuánto se pierde.
Como decía, no hay que saber de números sino de magnitudes. Nada parece más eficaz y razonable que el silencio, el
sentido común, la introversión, los sentimientos y pensamientos en forma de
pulpa, lo poco, la lógica, la intuición, la simpleza y, al fin, la economía y
la justicia. Este texto, por ejemplo, ya arrojó un subtotal, por eso mejor me detengo para
economizar palabras, hasta aquí fue justo, en este punto me siento bien, no se sabe si escribí mucho o no escribí nada.
Andrés G. Borges
Es que "lo lógico" es lo que se ajusta a las leyes, no tomarse la justicia por la propia mano, por eso estamos en una guerra interminable, todos tenemos un hermano, amigo, un familiar que cobrar, y todos creemos que "lo lógico" es hacer justicia nosotros, y asi nunca vamos a acabar
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